¿Cómo sería la vida de los diseñadores gráficos si no existiera el diseño asistido por ordenador? ¿Os imagináis recurriendo al papel, la escuadra y el cartabón? Quizá no sea algo tan descabellado.
Es evidente que las nuevas tecnologías han contribuido a maximizar la eficiencia de los diseñadores gráficos pero no suplen la necesidad de trabajar sobre una base fundamentada en la teoría de la composición, del color y la tipografía, y encaminada a conseguir objetivos de imagen. Pues se trata de una base que solo conseguiremos mediante el estudio, la investigación y el ejercicio de la creatividad.
Para que lo entendamos mejor, podríamos hacer un símil entre el diseño gráfico “tradicional o analógico” y el cine clásico; lo que prima no son los efectos especiales sino el contenido. Es decir, lo más importante es que nuestro diseño sea coherente, expresivo y representativo de los valores de la marca con la que trabajemos, el resto es un plus adicional.