Dentro del diseño gráfico, el campo del diseño editorial es uno de los más importantes. Esto se debe a que para dominarlo eficientemente es necesario tener creatividad, manejar un buen número de programas de edición y de maquetación y además conocer las pautas a seguir para preparar los archivos correctamente para su impresión.
Podemos estar diseñando un libro, una revista o un folleto. Cada uno tendrá sus reglas que tendremos que conocer y aplicar correctamente.
Reglas del diseño editorial
A la hora de enfrentarnos al diseño debemos mantener un estilo en todo el proyecto. Por ello debemos planteárnoslo correctamente desde el comienzo. Tipografías a utilizar, interlineados, espaciados, etc… es mejor concretarlo todo desde el comienzo y posteriormente mantenernos firmes a estas normas para lograr un producto final compacto y con personalidad.
Algo que también nos ayudará (y mucho) es realizar bocetos a mano previos a ponernos a trabajar en la pantalla. Con el tiempo parece que esta es una costumbre que se ha ido perdiendo dentro del diseño gráfico, pero el haber realizado rápidos bocetos en cualquier lugar según nos vengan las ideas es algo que agradeceremos en el momento de sentarnos frente al ordenador.
Un consejo que siempre es importante tener presente a la hora de hacer diseño gráfico impreso es el de realizar impresiones de prueba.
En el diseño editorial nos puede suceder que aquellas tipografías que nos parecían perfectas en la pantalla, trasladadas al papel las veamos enormes, reduciendo el ancho de las columnas y limitándonos en el resto del diseño.
Por ello, realizar una impresión de prueba con diferentes tamaños para aquellas tipografías que vayas a utilizar es un seguro que ayudará al resultado final.
Cuando estemos realizando el diseño gráfico de nuestro proyecto hay que saber cuál es el objetivo de cada página. Por ejemplo, si hablamos de la portada de una revista debemos tener claro que su función es la de atraer al posible comprador. Debe resultar atractiva y llamar la atención sobre las otras revistas que la rodeen en el puesto de venta.
En el interior, la introducción al texto (que puede incluir imágenes también) debe atrapar a aquel que esté hojeando la revista y hacer que se detenga a leer el artículo.
Como podemos ver, hasta este momento el diseño editorial ha trabajado como publicidad. Pero a partir del instante en el que el lector decide seguir leyendo es cuando el diseño gráfico debe volverse más claro y formal, mostrando el contenido de forma que sea cómodo de leer puesto que ya no es necesario seguir atrayendo la atención del lector.
Por último, aunque parezca obvio, es fundamental conocer los requisitos de tu cliente. Por mucho que tengamos una idea que pueda parecernos rompedora debemos seguir ciertas directrices marcadas por él y transformarlas en un diseño editorial igualmente atractivo.
Lo sentimos, no se permiten comentarios.